domingo, 21 de diciembre de 2008

Capítulo 26 - Encuentro con el General


Comentario del autor:
Se encuentra en las calles de la ciudad de Roca - fisque menuco, una nueva edición de la revista Rocaic, y por consecuencia, tenemos un nuevo capítulo de Dana y el General. Esta vez la revista me ganó, y apareció en los mostradores y mesas de los negocios de la ciudad antes de que yo publique este post. Atento a algunos comentarios de lectores en el capítulo anterior, he hecho uso de la magia y de los poderes cuasi infinitos del guionista de una historieta, para lograr el encuentro de Dana y el General, aquel encuentro que Dana, y algunos lectores, persiguen desde el capítulo 1.
Está más o menos claro que Dana viene viviendo estas visiones del pasado de la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén desde hace tiempo. Les recuerdo esta visita al edificio El Recreo en el Capítulo 8 : Bailongo en el Recreo. Allí fue la primera vez que Dana interactúa con el pasado en terminos de presencia real.
No volvió a pasar hasta el accidente; allí Dana caminó por las tierras de fisque menuco en el Capítulo 23, antes de la llegada de los milicos.
De la última viñeta del capítulo 25 a la primera de este capítulo, Dana pasa en un abrir y cerrar de ojos, de estar en fisque menuco a estar en otro lugar más extraño todavía. Un lugar aun no descripto pero que ya tuvimos oportunidad de presenciar como lectores. Fue en los Capítulos 6: el Mágico vuelo del Pescador, Capítulos 12: Sangre en las manos I y 14: Sangre en las manos II .
Ahora le toca a Dana estar allí. Aun no sé como nombrar a ese lugar. No sé qué es. Sólo sé que es el Pescador, poseedor de magia infinita, el que puede entrar y salir libremente de allí. En ese lugar habita el General, alguien que, según el Pescador, "debería estar muerto hace ratazo". Ahora, el Pescador ha traído a Dana allí, y la ha puesto frente a frente con el General.
Ojalá que le pregunte lo que los lectores quieren saber. Ojalá que se empiecen a despejar dudas.
Ya basta de misterios.
Si están siguiendo esta serie, y si tienen ganas, pueden dejarme algunas ideas, algunas preguntas, algo que Dana debería preguntarle al General, algo que Dana debería hacer... Recuerden que allí también está el Pescador, y, aunque no se ve, el joven mapuche herido...
Yo tengo mis ideas de cómo continuar, pero ya lo saben, siempre estoy dispuesto a escuchar nuevos aportes.

Les dejo una yapa: el boceto del presente capítulo.



Así laburo. Lo planteo en una hoja a lápiz. Hago el guión y los dibujos a la misma vez, y uso muchísimo la goma de borrar hasta que la idea quede redonda. O por lo menos, a mí me parezca redonda. Luego, lo dibujo en otra hoja, a lápiz también, obviamente con más detalles. Escaner, correcciones en fotoyop, y por mail a la diseñadora.

Me despido de ustedes hasta el próximo capítulo, que saldrá en la edición especial de la revista Rocaic en el marco de la Fiesta Nacional de la Manzana, en febrero de 2009, evento que se realiza en fisque menuco (ciudad de Roca) todos los años.

Buen fin de año y ojo con los cuetes.

Chelo Candia

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Chelo:
Tengo el agrado de dirigime a vos a fin en relación a la historia DANA Y EL GENERAL, me parecieron muy buenos y útiles algunos de los capitulos en cuanto a conocer historias de nuestra ciudad.-
Lamentablemente, tengo que discrepar en el guion de otros capitulos, a consecuencia de que muestran una sola campana de la historia. Seguramente ya te darás cuenta que me refiero a la conquista del desierto y del General Roca.
Solo a modo informativo te voy a hacer mención de algunos hechos respecto a este tema, hechos que se encuentran documentados en algunos libros y documentos ( si te interesa conocerlos me tomo el trabajo de recopilar autores y texto y te paso la informacion, pero hasta el librito de la primaria RIO NEGRO MI PROVINCIA habla de ello ).-
Los hechos son los siguientes, a saber:
- Los nativos REALMENTE originarios de Río Negro y de toda la patagonia argentina eran los TEHUELCHES. Hacia fines del siglo XVIII los MAPUCHES nativos REALMENTE originarios de CHILE cruzaron la cordillera y EXTERMINARON a los TEHUELCHES, eliminaron a los varones y quedandose con las mujeres. A este exterminio de los tehuelches, los mapuches le llaman delicadamente PROCESO DE ARAUCANIZACIÓN.
- Ante un requerimiento diplomatico oficial del presidente de Chile sobre la supuesta soberania de ese pais sobre el territorio de nuestra actual patagonia, el entonces presidente argentino Avellaneda, es que este decide que su ministro Roca lleve adelante la ocupacion del territorio ante la inminente posibilidad de perderlo ante el pais trasandino, esta es la principal razon de la conquista del desierto, la tierra para cultivo y ganaderia es una razon secundaria.-

Conclusiones personales:

- Se puede decir que los mapuches entraron en el actual territorio argentino despues que los españoles, ya que para esa epoca en nuestra patagonia, solo estaba el originario pueblo tehuelche. Roca no tuvo nada que ver con los tehuelches, ya los habian exterminado los mapuches. En definitiva, califica con el concepto actual de genocidio los que los mapuches hicieron con los tehuelches, ya que eliminaron la raza. En modo alguno justifico el resultado de la conquista, pero lo de Roca fue un acto de guerra, los mapuches respondieron al avance porque eran un pueblo guerrero. Los 1.113 mapuches muertos de la campaña del desierto, solo lo fueron en batalla, el resto fue cautivo.-
- Los hechos a los que haces referencia en el capitulo 21 de la historia fue de particulares contra los ONAS ( Santa Cruz y Tierra del Fuego ) y sucedio cronologicamente antes y a 2.000 km de la campaña Roca. cuando expresas que la viñeta 3, 4 y 6 de este capítulo es algo que se vivió en TODA la Patagonia durante la avanzada militar de Roca, es falso por el simple hecho de que aca no habia estancieros ovejeros, eso fue posterior a la conquista ( segunda razón de la misma ). No se le puede endilgar a Roca lo que hicieran particulares en diferente espacio y tiempo.-

Hay muchisimas cosas de que hablar sobre este tema tehuelches - mapuches - Julio A. Roca, que no se pueden hacer por este medio, pero bueno, te felicito por tu arte, y espero que no tomes a mal las observaciones, solo exprese mi opinión con el deseo de que se escuchen todas las campanas antes de que continues transmitiendo cultura.-
Saludos.-

Chelo Candia dijo...

hola beto, te agradezco mucho que hayas escrito. Te cuento que ya estoy un poco cansado de escuchar siempre lo mismo. estoy cansado de gente que te dice tenés que informarte antes de hablar, como si ellos fueran los unicos informados. Esta historia tiene mucho trabajo de documentración, pero verdadera, no del "rio negro mi provincia", por favor!!!
jaja, supongo que mencionaras a ese libro a modo de chiste ¿no?
vos tambien estás haciendo sonar solamente una campana. las fronteras las ponemos nosotros. mapuches y tehuelches no tenian fronteras.
con respecto a lo que decis del capitulo 21, yo aviso que me tomo licencia como guionista y digo lo mismo que me decis vos en tono de estar informandome. Leé bien. Ya se que eso pasó más al sur. Yo aclaro que todo eso pasó más al sur y en otra época, pero lo tomo porque me viene bien para ficcionar un poco la realidad en función de la historia "Dana y el General". Y si yo pienso que puede haber pasado en toda la Patagonia, no es que sea un falso dato. Mi pensamiento no es un dato. Ni es falso. Es mi pensamiento.
Como tu pensamiento es hacer sonar una sola campana, yo elijo hacer sonar la que quiero.
El general roca era un hijo de puta, leé sus escritos y te darás cuenta... no voy a ponerme de su lado JAMAS.
Y si reclamaban la frontera los chilenos, ¿y? ¿habia que matar a todos por eso? ¿por qué? por la tierra?
no, hermano.
la muerte no se justifica.
no tomo a mal observaciones. sólo que no tenés que expresarlas como la unica verdad, desconociendo las voces que tambien hablan de verdad, que se han levantado en este país, ahora y antes, contra el asesino roca.
Y para eso nombres al rio negro mi provincia, librito facho como pocos.
Si querés justificar a Roca, podés hacer uso de literatura que lo justifica. Y si no lo querés justificar, también podés encontrar literatura que lo califica de genocida. O sea que el argumento de que hay documentación para tal o cual campana no sirve. ¿Entendés lo que digo? No me vengas a decir que tal hecho está documentado y bla bla bla porque lo que te digo también lo está. El tema es nosotros. ¿Qué hacemos nosotros? ¿De qué lado nos paramos? Vos decis que fue una guerra. Los milicos, cuando matan civiles, siempre se justifican diciendo que fue una guerra. Lo dijo roca, lo dijo videla.
Ya lo dijo el Pescador: No importa desentrañar la verdad que se construía en el pasado importa desentrañar el pasado de la verdad que construimos hoy.
un abrazo

Graciela dijo...

Hola Beto: Si, la historia tiene campanas, y no son dos, son muchas, grandes, chicas y flojitas de sonido…
Decir “Conquista al desierto”, acerca a una de ellas; y nombrar “el librito” acerca más a la campana de positivismo, esa corriente intelectual del siglo XIX que no llenó de héroes inalcanzables, de grandes hombres sin falla, de una Historia (y no historia) sin personas, sin gente solo un pueblo (que de tanto en tanto se enojaba pero sus logros solo traían a nuevos grandes hombres al poder), de causas y consecuencias matemáticas… una corriente que todavía copa el pensamiento disciplinar, y, lamentablemente, la historia sigue hablando de desiertos, conquistas, chilenos (despectivamente),de seres “originarios”, y de verdades históricas.
Me gustaría conocer esos “autores y textos” que nombra el Beto este. ¿Estará Susana Banideri, Graciela Blanco, Ramón Minieri, Laura Méndez, María Cristina Ockier, Navarro Floria, Susana López, Enrique Mases? Por nombrar unos poquitos, de los nuestros, de acá cerquita, que estudian hoy la Patagonia Ojala. Pero antes una aclaración: si hablamos de “realmente originarios” fíjese bien pues no hay ningún pueblo en la historia autóctono pues “en la prehistoria todos hemos sido migrantes y todos venimos de alguna parte” (N. Floria), es decir, en este caso, vinieron de Asia, por Alaska o por mar. Teorías.
Veamos: si hablamos de tehuelches, convengamos algo primero, que no hay chile ni argentina para hablar de pueblos indígenas, los estados son posteriores. No había frontera entre estos países que construyen su estados en el siglo XIX, es decir “estados” Nacionales que vienen a chocar con Naciones indígenas, interculturales sin frontera entre chile y argentina. De paso, el concepto de frontera (desde Navarro Floria) “entendida como una experiencia histórica en el espacio y el tiempo. Es decir, una circunstancia histórica caracterizada por el paradigma cultural de homogeneidad (tan) característico del Estado nacional (construido) por la población blanca, criolla. El mundo indígena no comparte ese paradigma de homogeneidad: estuvo básicamente abierto a la diversidad y entonces es característica, en el mundo indígena y fronterizo, esta heterogeneidad y diversidad…”.
Otra frontera nos interesa, y es la que lleva a la “conquista”; en esa “frontera” existía una red social y un esquema de poder político y económico, de relaciones sociales, familiares basadas fundamentalmente en los vínculos personales entre indígenas y blancos. Mucha documentación da cuenta de esto. Pero justamente en el momento anterior a la decisión de la “conquista” allí se construye como un orden alternativo al del Estado: un orden que termina siendo amenazante del Estado Nación porque constituye una válvula de escape para muchos excluidos de ese orden estatal. Esto es lo que hace que las relaciones pacificas que habían sido la norma en esa “frontera”, característica fundamental de este mundo fronterizo, comiencen a entrar en crisis y resquebrajarse en la segunda mitad del siglo XIX, y que se genere toda esta conflictividad que va a desembocar necesariamente en la “conquista”. Cuando digo “necesariamente” lo digo desde la lógica de la construcción del Estado nacional, de este Estado jurídicamente monista, único, excluyente y que no admitía otro polo de poder dentro del Estado discutiendo de alguna manera su autoridad. Esta situación de frontera, entonces, desemboca en un proceso de conquista y genocidio. De todos modos, no genera una eliminación completa del otro. No hay un exterminio de las naciones indígenas. Por eso muchos de nosotros estamos vivos (más del 60 % de la población argentina tiene sangre indígena). Me quedo con “no había argentina ni chile”, y con eso nos iríamos al análisis de la cuestión de araucanización, pero como es muy extensa te pido Betito leas primero ver: ETNOLOGÍA Y NACIÓN: FACETAS DEL CONCEPTO DE ARAUCANIZACIÓN de Axel Lazzari y Diana Lenton, pues la araucanización (o como se te ocurra llamarlo) es un proceso de aculturación hacia adentro de las etnias y realmente es más complejo que esto de “extermino”, creo que decís. La historia es más compleja que lo que dice “el librito”, el esquemático pensamiento positivista quiso dar “LA VERDAD” y casi anticipándose al pensamiento único, hizo una historia flojita de niveles explicativos amplios y con la idea del progreso como motor de la historia (Marx también era positivista) se olvidó de que motores son varios y que el movimiento, freno, avances, retrocesos, idas y venidas en la historia es por la PLURICAUSALIDAD. Leamos a la Lenton entonces sobre el tema, que es nuestra y es un capo. Después tal vez discutamos mejor eso pero lo que sí me gustaría aclarar es que jamás existió una sociedad que se autodenomine “tehuelche”, esta era la forma en que los indígenas transcordilleranos (vos dirías chilenos) llamaban en su propia lengua a los habitantes originarios de mas allá de la cordillera (vos dirías argentinos); “tehuelches” o chehuelchos” que significaba gente de las pampas o gente brava. Este nombre englobaba en realidad, a un mosaico de sociedades diferentes descriptas en las denominaciones clásicas de indios patagones, chonecas o chonik para los tehuelches o tehuelches meridionales, y pampas para los septentrionales (a su vez, incluyó un sinnúmero de variantes como chechehet, diuihet, poyus, entre los que incorporamos a los querandíes históricos). Todo este despelote se lo debemos a los primeros científicos que vinieron a la Patag. que describían sociedades (desde el siglo XVI hasta la penetración araucana del siglo XVIII) que ocupaban desde el sur de Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza; al oeste por la Cordillera de los Andes; al este por el Océano Atlántico y al sur hasta el territorio de Tierra del Fuego, este era el mosaico de comunidades que conformaban una unidad cultural mayor denominada tehuelches por los araucanos. Diversidad, ese es el concepto que cierta historia no entiende.
Ahora sobre el tema chile igual razón para la conquista… otra vez te voy a decir, como profe che ya, lea más y entienda que en historia no solo uno más uno es dos. Hay sumas y restas y otras operaciones más. El problemita real son varias cuestiones dentro de los intereses de los estados nacionales (ahora si: chileno y argentino), de las elites de ambos países. Y te aseguro que la cuestión chile estaba en la agenda, pero fue mas “bandera”, tipo, vamos que nos quieren quitar la Patag.!!! Roca lo dice en su discurso al Congreso, por eso vos decís “la conquista es por chile” (lo aprendiste del “librito” que jamás va hablar de intereses de la “elites extranjerizantes”, sino de extranjeros de segunda; las elites amaban a los extranjeros… europeos y mas, mas a los ingleses. De paso lee el nuevo libro de Galeano, Espejos que habla de los geniales ingleses y sus acciones en el mundo, en el siglo XIX, para ser “la dueña de los mares”… y de gente…). Dice el amado Roca, el pobre militar que vino a defender la Patagonia de los chilenos chuleaos: “Como se ve, la Pampa está muy lejos de hallarse cubierta de tribus salvajes, y éstas ocupan lugares determinados y precisos. Su número es bien insignificante, en relación al poder y los medios de que dispone la Nación”. La importancia política de esta operación se halla al alcance de todo el mundo. No hay argentino que no comprenda, en estos momentos, agredidos por las pretensiones chilenas, que debemos tomar posesión real y efectiva de la Patagonia, empezando por llevar la población al río Negro que puede sustentar en sus márgenes numerosos pueblos, capaces de ser en poco tiempo la salvaguardia de nuestros intereses y el centro de un nuevo y poderoso Estado federal, en posesión de un camino interoceánico fácil y barato a través de la Cordillera por Villa Rica, paso accesible en todo tiempo”. Te propongo un texto interesante, para que veas que hacia fines del XIX y comienzos del XX, elites chilenas, elites argentinas (con Roca a la cabeza) y flias extranjeras (Braun, Menéndez, etc.) de aquí y allá acuerdan cuestiones donde, a grandes rasgos podrás entender: la cosa es más grande y si, lo de Chile fue un lindo argumento. Hay vida después del gran héroe Roca, lee entonces: Visitar al soberano. El viaje político al interior como instrumento del gobierno y de la mirada oligárquica: Patagonia, 1899-1911 de Pedro Navarro Floria. Pónelo en Google. Igual analizar este tema debería comenzar por la base discursiva con que se resignifica el espacio a conquistar, “el desierto”, una categoría de corte ideológico, que determinó la ocupación militar y desalojo de los pueblos que la habitaban. A partir de los intereses del bloque dominante consolidado en Buenos Aires hacia 1880 la Patagonia fue desierto, una elaboración discursiva que ayudó a justificar el proyecto de un grupo, en el que subyacía “muy arraigada la misión histórica de esa generación, orgullosa de haber superado “la tiranía” de Rosas y la barbarie de los caudillos, arrimándose a los admirados círculos culturales de París y Londres” (Gutiérrez, G., 2002). La consolidación del Estado Nacional a finales del siglo XIX y de aquel bloque de poder con base en Buenos Aires articuló los intereses locales y extranjeros según el nuevo modelo de distribución internacional del trabajo. Argentina sería productora y exportadora de granos y carne e importadora de manufacturas fabricadas por los países industrializados. Para la clase gobernante el país debía aprovechar sus “ventajas comparativas” como la extensión y la fertilidad del suelo. Esto hizo evidente la necesidad de más tierras y la Conquista se llevó a cabo. Este esquema decidió el destino de las tierras patagónicas según la conveniencia de aquellos intereses que también establecieron nuestra orientación agroexportadora. Gracias al logro de generalizar la idea de la Patagonia como un espacio vacío y deshabitado (o con solo “un puñado de salvajes” según el General Roca) se ignoraron siglos de convivencia, acuerdos y negociaciones entre blancos e indígenas, como decíamos más arriba. Don Roca, nuestro abnegado militar también decía: "...la República no termina en el Río Negro; más allá acampan numerosos enjambres de salvajes que son una amenaza para el porvenir y que es necesario someter a las leyes y usos de la Nación" (Gral. Roca, 1879). También dice en el Congreso: “La ola de bárbaros que ha inundado por espacio de siglos las fértiles llanuras, ha sido por fin destruida” y también: “A mi juicio el mejor sistema de concluir con los indios, ya sea extinguiéndolos o arrojándolos al otro lado del río Negro, es el de la guerra ofensiva, que es el mismo seguido por Rosas, que casi concluyó con ellos...(carta del Gral. Roca a Alsina) y su proyecto preciso: "Es necesario (...) ir directamente a buscar al indio en su guarida, para someterlo o expulsarlo, oponiendo enseguida, no una zanja abierta en la tierra por la mano del hombre, sino la grande e insuperable barrera del río Negro, profundo y navegable en toda su extensión, desde el océano hasta los Andes"- Mensaje y Proyecto presentado por el Gral. Roca al Congreso de la Nación el 14 de Agosto de 1878.
Así que construido el mito del desierto (de esto dan cuenta miles y miles de discursos, libros y periódicos de la época) y la consecuente (y necesaria) conquista militar “civilizadora”, la tierra patagonica se distribuyó entre el grupo social que manipulaba el nuevo Estado. Si hacemos números, tendremos este balance: La llamada "conquista del desierto" sirvió para que entre 1876 y 1903, es decir, en 27 años, el Estado regalase o vendiese por moneditas 41.787.023 hectáreas a 1.843 terratenientes vinculados estrechamente por lazos económicos y/o familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel período. El que pone el tema Chile es Roca y también habla de poblar, muchas leyes hablan de esto pero “pueblos” fue lo último que impulsaron: por ley en 1878 el Congreso de la Nación autorizó al Poder Ejecutivo invertir 1.600.000 pesos para correr la frontera sur a los Río Negro y Neuquén y dispuso además una suscripción pública por ese importe, los suscriptores o tenedores de títulos “podrán pedir... la amortización de sus títulos por adjudicación de lotes de tierra”. Se enuncian diversas facilidades de pago a los suscriptores de títulos, se establece que la mensura estará a cargo del gobierno y que por su parte reservará “los terrenos necesarios para la creación de nuevos pueblos y para el establecimiento de los indios que se sometan”. Los lotes, de diez mil hectáreas, cotizados a muy bajo precio, formaron parte de leyes que establecieron “premios militares”(NC 1628, 1885), de “liquidación” (1891), de “tierras” (NC 4167 de 1903) entre otras; (Gutiérrez, G. 2002) facultando al gobierno para vender, rematar, donar o darlas como premios a los expedicionarios militares.
En 1878 dice el diario La Prensa: “El gobierno declara que no tiene dinero en las cajas fiscales para hacer frente a los gastos de la campaña, pero en cambio la Pampa vale un dinero, tiene un precio y la ofrece en venta al comercio del país, garantiendo además como premio, la seguridad de la propiedad privada hasta el ultimo rincón de los territorios conquistados y a conquistarse. La riqueza rural se encuentra comprometida en esta cuestión y como aquélla es la fuente principal de nuestro adelante material todos tenemos el deber de contribuir a su buen resultado, está en los intereses de los dueños el cooperar por todos los medios a su alcance a fin de asegurar el éxito de la cruzada civilizadora que se proyecta emprender”. Es decir, la “conquista” se hizo por tierras y “sobre tierras” que ya estaban entregadas o vendidas (por dos mangos), lo de Chile es razón y no lo es, hay muchas puntas para analizar. Lo que me da miedo es que se justifique la conquista por Chile… la expedición militar se hace por tierras para los muchachos dueños de la pampa húmeda (que de paso se sacan de encima las ovejas y llenan de vacas y trigo la pampa húmeda tal como la tía Inglaterra pedía. Y el sur, incluso la norpatagónia y el alto valle, fue entregado a grandes empresas inglesas “despobladoras” como dice Minieri. Busca en buscadores a autores que tratan este tema como Ockier, Bendini, Susana López, Graciela Blanco y al gran Minieri Ramón, su libro Ese Ajeno Sur que demuestra lo que dijo Sacalabrini Ortiz hace unos años: La Patagonia es un feudo ingles. Y de paso, para saber más de cómo afectó esta entrega a lo que nos pasa hoy, no solo al sur sur sino a Río Negro, busca a Jorge Rabinovich y Filemón Torres, quienes hablan de lo síndromes, entre ellos el patagónico, relativo a las políticas de tierras de estos años roquistas. También fíjate Diagnostico Regional del Alto Valle de RN de Gloria Worcel. Hay otro autor que trata el tema de la tierra en Río Negro y las leyes que hacen que la entrega continúe, pues RN carece de una política que priorice la pequeña propiedad desde aquellos años mozos)
Decís: “Roca no tuvo nada que ver con los tehuelches, ya los habían exterminado los mapuches” (vuelva a estudiar, hay tantos documentos de época que demuestran que don roquita quería la tierra para sus amiguitos!!! Y claro que sí los indios y los chilenos eran un escollo, así los transformó en salvajes a los primeros e imperialistas a los segundos, pero estos eran igualitos a él: también querían tierra y a pesar del Utis Posidetis Yuri con el que se determinó el límite de Argentina, hasta mediados del XIX ni bola le daban al sur).
Decís: “En definitiva, califica con el concepto actual de genocidio los que los mapuches hicieron con los tehuelches, ya que eliminaron la raza”. Hay hay hay, raza, raza… feo feíto, etnias, e t n i a s. Solo hay una raza y es la humana, che!!! Razas varias… las de los perros, hombre… Sobre esto te propongo que leas a Lenton y Delrio, incluso hay un articulo en el diario Río Negro sobre el porque uso de la forma legal “genocidio” y las diferencias con otros autores, etc. Con el buscador te basta, pones los apellidos y genocidio y chau. Después decís: “En modo alguno justifico el resultado de la conquista, pero lo de Roca fue un acto de guerra, los mapuches respondieron al avance porque eran un pueblo guerrero”. Mmmm, feo, feíto… acto de guerra, che, como la guerra sucia, los milicos con el poder coercitivo del Estado (militares, policía, etc.) hicieron una guerra a la subversión!!! Pero che, te propongo que busques la carta que manda Saihueque al gobierno, incluso las acciones de otros caciques frente al avance del ejercito (el que vino después del paseo de Roca, Villegas y otros). Los Caciques no entendían porque cambiaban las cosas, porque ahora se había decidido terminar con ellos después de lo que te contaba más arriba, años de comercio, de acuerdos, de ahí venía “indios amigos” (incluso en la carta Sayhueque le decía que cuando tuvo que decidir con quien comerciar y acordar decidió con el gobierno argentino, pues el era argentino). Para lo de que Roquin era un “soldado de la patria” te contesta Bayer: “Yo acabo de comprar un libro editado por el Círculo Militar, allí en la feria del libro se presenta, en un escenario del ejército, donde lo vende como el principal libro, este libro se llama “Julio Argentino Roca, de soldado a presidente”, lo firma Juan Carlos Coria, es curioso, es productor agropecuario el autor y lo edita el ejército argentino.
Decís: “Los 1.113 mapuches muertos de la campaña del desierto, solo lo fueron en batalla, el resto fue cautivo” si, y de paso dice Enrique Mases (otro estudioso nuestro): tras la primera etapa comandada por Roca (agosto 1878/mayo 1879), los muertos en combate fueron poco más de 1300 nativos, pero entre los 2500 indios de lanza prisioneros y reducidos voluntariamente y los 10500 no combatientes presos, eran 13000 los nativos en poder del gobierno nacional de un total de entre 20000 y 25000 sin contar a Tierra del Fuego. Por otra parte, era muy habitual que funcionarios del gobierno y jefes militares redactaran cartas de recomendación, para quienes quisieran obtener nativos para el servicio. En los diarios son constantes las quejas infructuosas de la Sociedad de Beneficencia, encargada del reparto, por detener estos actos. La situación era que en la prensa se avisaba la llegada de contingentes disponibles, pero los que poseían cartas de recomendación eran los primeros en elegir y lo hacían por mujeres y niños, quedando los ancianos a disposición de la Sociedad. Y peor aún era que no se respetaba la idea original de conservar las unidades familiares. En tal sentido, son muchísimos los relatos y las quejas que aparecen en los medios escritos y describen la desesperación y los llantos de los indígenas que no comprendían que la distribución se realizaba en nombre del progreso. Dos artículos ilustran esta situación. En “El Constitucional” de Mendoza (20/11/1879): “. . . Se espera hoy una remesa de chusma indígena, compuesta de unas 200 mujeres y niños, que será repartida entre las personas que lo soliciten para su servicio. . . ”.. Y en “La Nación” (31/10/1885) bajo el título “Espectáculo bárbaro”, el cronista describía como personas con cartas procedentes del Estado Mayor del Ejército, reclamaban uno o dos indios, antes de que estos desembarcaran y les eran entregados de inmediato y se refería a la desgarradoras escenas que se suscitaban al arrebatarse “los hijos a las madres, que como nadie las comprendía, trataban en vano de detenerlo en medio del llanto general”. Si te interesa más: “Conquista del desierto: Exterminio, incorporación o disolución tribal. Aproximación desde un estado de la cuestión”. Mariano Nagy. Mas allá de que se mató poco o como quieras decir (y hay más autores sobre el tema) la cosa es que hubo una decisión, y a ganar tierras se entró por Río Negro y las políticas no fueron muy distintas: sacar el indio, tomar la tierra y entregarla a Sres. amigotes y a ingleses que en esos años el 60% de sus inversiones fuera del país eran en Argentina, y el 38 % en prestamos al gobierno, un tanto más o menos en construcción de ferrocarriles y unos veintipico en cedulas hipotecarias: Tierra, inversión, progreso y a otra cosa mariposa dijo la oligarquía nacional e inglesa por ideología.
Después decís: “Los hechos a los que haces referencia en el capitulo 21 de la historia fue de particulares contra los ONAS (Santa Cruz y Tierra del Fuego) y sucedió cronológicamente antes y a 2.000 Km. de la campaña Roca. cuando expresas que la viñeta 3, 4 y 6 de este capítulo es algo que se vivió en TODA la Patagonia durante la avanzada militar de Roca, es falso por el simple hecho de que acá no había estancieros ovejeros, eso fue posterior a la conquista ( segunda razón de la misma ). No se le puede endilgar a Roca lo que hicieran particulares en diferente espacio y tiempo”.
Bueno no había ovejeros después los hubo pero lo que hicieron los “particulares” fue gracias a Roca, el hizo el proyecto para ellos. Incluso los particulares antes de la conquista se relacionan al Estado Nacional pues la llegada de grupos por Ej. a Viedma y hacia abajo, fue de grupos que el Estado impulsaba. Científicos y exploradores fueron necesarios (incluso Moreno fue pagado y se le pagó con tierras después, aunque dono algunas, después algunas se las dio a un garca que después creo que se la vendió a Benetton o Lewis, busca…) Lea por ej. Representaciones de la Patagonia: Colonos Científicos y políticos 1870 – 1914 de Susana López. Lea también al viejo Cortés Conde R. (1994) que afirma que “Con la Campaña al Desierto en 1880, el volumen de tierras incorporadas a la actividad económica aumentó en unos treinta millones de hectáreas, casi a la mitad de la oferta hasta entonces disponible”. Jacinto Oddone coincidió al decir que “...la tercera parte de la tierra pública de los territorios nacionales, la mejor, la más rica, la más productiva, ha sido despilfarrada por los gobiernos que la regalaron y en el mejor de los casos la vendieron a vil precio a particulares que han acumulado así, a costa del Estado, una fortuna colosal...”. Finalmente, las razones de la expansión están expuestas por el General de la patria financiera que fue el responsable de diseñar y conducir el plan de ocupación militar, mediante el cual la elite de Buenos Aires pudo someter a su dominio los territorios patagónicos. Era el ministro de guerra de Avellaneda pero sobre todo era el líder que tenía el bloque dominante emergente, capaz de unificar las facciones políticas con intereses económicos (averigua que fue Roca el que trajo paz a la lucha de las facciones, era “el más modernizante” el mas abierto de la época, después le apareció otro grupo mas “reformista” –bah transformista- hacia 1900 que tomó el poder, pero mientras estuvo, él y la Sociedad Rural –la corporación más tradicionalista de la argentine- ponían y deponían gobernantes a su antojo, fijate lo de Juárez Celman) . Por eso Roca dice, al fundamentar la campaña en el Congreso, sintetizando acabadamente la ideología dominante: “....nuestro propio decoro como pueblo viril nos obliga a someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a un puñado de salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impiden ocupar definitivamente, en nombre de la ley del progreso y de nuestra propia seguridad, los territorios más ricos y fértiles de la república. Las ventajas de esta operación son evidentes. bastaría abrir una carta cualquiera de la Pampa para ver que el río Negro es por sí mismo una barrera natural; y que sería la línea mas corta, segura y económica y que, una vez ocupada, haría perder en poco tiempo hasta el significado de la palabra frontera, cuando no se trata de naciones extrañas, puesto que para la República Argentina no hay otra frontera que las cumbres de los Andes y el océano. .... la seguridad y garantías perfectas que serán la consecuencia de la ocupación del río Negro, la población podrá extenderse por vastas planicies y los criaderos multiplicarse considerablemente bajo la protección eficaz de la nación, que sólo entonces podrá llamarse dueña absoluta de las pampas argentinas... Y aún quedarán al país, como capital valioso, la conquista de quince mil leguas cuadradas que se ganarán para la civilización y trabajo productor; cuyo precio irá creciendo con la población hasta alcanzar proporciones incalculables. (Roca, 1878)
Con todo, es muy reveladora la dialéctica del general Roca en lo que hace a su manejo de razones “contradictorias” (que son razones que esconden reales intereses, TODOS acordaban que la tierra era el único valor productivo, ignorando a la fuerza laboral, y que debía estar en sus manos pues “ Ramos Mexía se cuidó siempre de que su propuesta ferroviaria y de tierras no significara un ataque al capital privado y menos aún al británico, como lo manifestó en su Plan General de Obras Públicas:
“que en ningún caso fueran un ataque al capital privado, ni importase iniciar una política de competencia” (Ramos Mexía, 1913: 65)” (En Ezequiel Ramos Mexía, el Estado oligárquico y el diseño de un proyecto para la Patagonia de Susana López). Roca habla del desierto pero también de “lugares... inmejorables para la ganadería y la colonización. Abundan pastos de varias clases; el agua dulce y clara se encuentra en grandes lagunas, al pie de los médanos de arena y donde se ve la superficie, se oculta tan de cerca, que basta levantar algunas paladas de tierra para que surja en abundancia del seno de la tierra...” (Roca, 1878)
También son muy reveladoras las contradicciones en que incurre: el puñado de salvajes es descrito minuciosamente, en un párrafo del discurso, por lugares, tribus y sus caciques, desde la llanura pampeana a los contrafuertes andinos, para concluir en esta frase sorprendente en la perspectiva de la conquista militar que se propone emprender: “Quedan aún otras agrupaciones de esta raza, la más viril de la América del Sur, y una de las más avanzadas, después de los Incas, en los valles andinos, al E. De la Cordillera, entre el río grande y el Neuquén; pero son de poca consideración y se someterán fácilmente a condición de que se les deje en posesión de sus tierras, que son de las más fértiles de la República, favorecidas por un clima muy benigno”.

Chelo Candia dijo...

Graciela, gracias por tu extensa respuesta a Beto, y también por acercar material muy valioso para entender nuestra historia reciente. Creo que tu forma de decir las cosas, dando herramientas para que nosotros mismos podamos buscar esos materiales, es muy didáctica. Además de dejar en evidencia que Beto, al decir "tengo libros y documentos" y no citar ninguno (bah, en realidad, si cita uno; Río Negro Mi provincia, jaja) queda medio salame. que me disculpe.

Anónimo dijo...

Chelo, tu actitud es sorprendente, te manifeste por mail que lo del Rio Negro mi provincia era un chiste, los toma graciela para refutarme y decir "vean con que material argumenta". Es sabido que ese libro es una mierda.
Con la cantidad de laburo que tengo no voy a perder tiempo en refutarlos ni en ponerme a buscar la bibiografia, ya estoy perdiendo tiempo con esta nota, yo no vivo de analizar la historia. Por mas que lo haga, ustedes van a querer seguir juzgando el pasado. Saquemosle el nombre a la ciudad y a avenida, pero despues hay que seguir y nos vamos a quedar sin nombres.
Digan y piensen lo que quieran, para eso estamos en democracia.
beto

Chelo Candia dijo...

bueno, beto, es un chiste lo del Rio Negro mi provincia, ya lo sabemos, pero Graciela no te contestó eso. vaaaaamos.
Si para vos es perder tiempo, nadie te pide que pierdas tiempo en esto. Era sólo para discutir algunas ideas, pero ya está. no te enojes. Vos dijiste lo que pensabas y acá te contestaron. Y listo. todos contentos. O no. No sé. Nada más.
Ah, si, una cosa más: te aseguro que no nos vamos a quedar sin nombres.

saludos

Anónimo dijo...

http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=769983&idcat=9521&tipo=2
http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=759795&idcat=9521&tipo=2

De Betonilo